A propósito de “ContraEstética” de Carlos Rolandi
Encuentros y desencuentros
Ángel Luis Carmona
“ContraEstética” de Carlos Rolandi, es la exposición que presenta Casa Mayor para la actividad anual Noche de Galerías. Se trata de una muestra de peculiares trabajos en técnica mixta que hacen honor al juego de palabras de su título, ya que se pueden entender como una lucha de estéticas, pero al mismo tiempo puede leerse como contraste de estéticas y ambas interpretaciones parecen simultáneamente correctas.
De hecho, el eje temático es una suerte de paradoja, un equilibrio de contrarios puestos en contraste: la figuración y la abstracción, la historia del arte y la actualidad creativa. Sin embargo no se trata de provocar una colisión, sino de encontrar una zona limítrofe. De hecho a Rolandi le interesan los límites: sus dos grandes líneas de trabajo en los últimos años han sido a propósito de fronteras que, efectivamente, tanto pueden leerse como espacios de contacto o a la manera de lugares de conflicto.
Por un lado proponía pinturas que, partiendo de la figuración, se acercaban tanto como fuera posible a la abstracción pero sin llegar nunca a abandonar por completo el territorio de frontera; por otra parte, realizaba collages que, con mucha admiración y no poca burla (otra paradoja), resignificaban, mediante anacronismos, grandes obras consagradas… la línea divisoria entre historia y presente no deja de ser también una movediza frontera.
Pues bien, esas dos líneas que parecían tan distantes, técnica y temáticamente, finalmente han confluido, tanto en lo pictórico y como en los contenidos, en la propuesta de ContraEstética: la pintura se ha fusionado con el collage, la investigación de los límites de abstracción y la figuración se han entrelazado con el juego de contrapuntos entre la burlona, pero también admirativa desmitificación de algunas de las más aclamadas obras y autores de la historia de la pintura.
Rolandi parte ahora de reproducciones de obras de culto, como en un laberíntico recorrido por hitos de la historia del arte (del renacimiento a las vanguardias, saltando como si nada, por ejemplo, de El Greco a Picasso) y las interviene empujándolas con un entorno abstracto hacia diversos grados de colapso, pero sin dejarlos nunca despeñarse… Una vez más estamos en un territorio de frontera en el que el trabajo abstracto de Rolandi, como esas veladuras que resaltan la sensualidad, casi oculta pero en realidad nos obliga a ver las obras figurativas que le sirvieron de inspiración y punto de partida.
Este dialogo tiene muchos grados y matices. Algunas de esas citas pictóricas (por llamarlas así) son inmediatamente detectables y reconocibles, otras toca buscar, primero en la obra y después en la memoria, para identificarlas… lo que convierte también la exposición en un juego del escondite con los espectadores un pequeño desafío, pero también un guiño cómplice. ¿Quieren disfrutar doblemente al contemplar las obras en toda su dimensión? Entonces no las contemplen, sumérjanse en ellas y participen: no lean la ficha técnica hasta haber intentado reconocer de cuál rincón de la historia del arte y de que recodo de qué obra y qué autor ha sido secuestrado o quizás rescatado por Rolandi el punto de partida de cada cuadro individual.
Finalmente, “ContraEstética” es algo más amplio que una exposición de obras de espléndida factura que recorren una amplia gama de sugerencias, desde lo festivo a lo inquietante, desde lo irónico a lo tenebroso, es también una invitación a un sofisticado juego del escondite, un dialógico contrapunto entre la historia del arte y la creación actual y una muy profunda reflexión sobre los territorios limítrofes entre la figuración y la abstracción. Todo ello en el lugar por antonomasia de encuentros y desencuentros: la frontera.
.